Se cumplen ya dos semanas del lanzamiento del nuevo disco de We Came As Romans, titulado “Understanding what we’ve grown to be.” Se acaba así la espera de miles de fans del metalcore y el post-hardcore que se enamoraron de este sexteto estadounidense tras su primer trabajo.
Su primera publicación, “To plant a seed”, mezclaba el metalcore más duro con ese post-hardcore adornado con sintetizadores que tan de moda se ha puesto en los últimos años. La duda de muchos de sus fans y de un servidor en particular, era si en su segundo trabajo seguirían la primera línea o la segunda, por eso mismo el título del álbum lo dice todo.
Grata fue mi sorpresa al descubrir que ni lo uno ni lo otro. Este álbum nos da más de lo mismo pero mejor. Siempre he sido un gran entusiasta de “To plant a seed” y temas tan grandes como Roads that don’t end and views that never cease, Beliefs o To plant a seed, en especial el primero por su fuerza y originalidad.
Pero desde los primeros acordes del tema de apertura del álbum, Miss//Understanding, te das cuenta de que han llevado su música a un nivel muy superior. Es como si hace unos años habría surgido una piedra preciosa de la nada y con el tiempo se ha ido puliendo hasta convertirse en un diamante como un puño.
Hace unos meses que presentaron ese tema junto con el que cierra el disco, titulado como el álbum. En una entrevista confirmaron que la línea del disco iría entre el uno y el otro. Son dos temas parecidos pero donde se ve la clara diferencia de la compensación entre gutura y voz melódica. En el primero priman las voces guturales de David Stephens viendo a Kyle Pavone (vocalista melódico) en el estribillo primordialmente. En el segundo cambian las tornas y pese a que sigue siendo un toma y daca entre uno y otro se aprecia mucho la búsqueda de un sonido más limpio.
Entre medias tenemos otros 10 temas, unos más acertados que otros, todo hay que decirlo, entre los que yo destacaría What I wished I never had por el gran gancho de su estribillo, Just keep breathing, A war inside y la que parece ser una especie de segunda parte del tema que les llevó al éxito (Roads that don’t end…) bajo el título de Views that never cease, to keep me from myself, que tiene una gran elaboración melódica.
Destacar también las letras es un aspecto obligado. Si tras las primeras escuchas sus melodías tan efectivas como siempre te encandilan, con el tiempo es el propio mensaje de los temas el que te hace escucharlas una y otra vez. Utilizan muchas metáforas, muchos símiles. A veces parece que se están yendo por las ramas y al llegar al final de la canción te das cuenta de que estaba todo entrelazado y bien pensado.
Hablan de luchas constantes. Luchas contra uno mismo, entre los dos lados del pensamiento, el ejemplo más claro en A war inside, donde constantemente evoca a sus demonios y a sus ángeles. Los mismos demonios también aparecen como una constante a lo largo del álbum. Demonios que impiden la consecución de metas, que hacen que nos creamos mejores que los demás, y a la vez que nos sintamos como la última mierda del mundo. El sentimiento de culpa, la rabia y el odio también tienen un importante papel en este trabajo, donde incluso se cuela alguna que otra alusión amorosa (me sorprendió no ver más).
En definitiva, un gran álbum, muy a la altura de las expectativas creadas, que significa la evolución de un grupo con muchísima calidad que si alguna pega me deja, es la seguridad que tengo de que su potencial es aún mayor de lo que han podido demostrar en sus dos primeros álbums.
Como tema final han querido incluir una versión en directo de su tema más sonado, que ya he nombrado anteriormente, Roads that don't end and views that never cease. En este se ve, como en todos sus directos, que la voz de Kyle Pavone es nefasta y no está a la altura del resto del grupo, lo cual dice mucho a favor de una producción tan buena que hace que su voz parezca la de un puñetero ángel en cada una de las grabaciones.
Os dejo con el primer single del álbum, Miss//Understanding.